La Sierra de Cantabria, a los pies de la cual crece esta uva, es una cadena montañosa que actúa como barrera natural y que retiene los vientos húmedos y fríos del Cantábrico, pero que permite el paso de la humedad justa, tan necesaria para el desarrollo del viñedo.

Este contraste y especial ubicación, crean un micro-clima excepcional calentado lo justo por el sol que enriquece el crecimiento de la planta y confiere a su uva ese carácter excepcional reconocido en todo el mundo.

En el viñedo, donde todo tiene su origen, empieza la elaboración del vino. La selección de la uva es el primer paso para la creación de un buen vino y conscientes de la importancia de esta decisión, se trabaja la tierra con los cinco sentidos y con el corazón.